Seis años después de su última visita en 2017, Sir Paul McCartney volvió a México, y la espera resultó ser gratificante. El icónico cantante y músico británico regresó a lo que él llama su segundo hogar, donde cuenta con millones de fans que lo quieren y admiran.
En el marco de su Got Back Tour 2023 y frente a una audiencia de más de 60 mil personas, mayormente conformada por fervientes seguidores de la Beatlemanía, el artista, reconocido como uno de los más destacados de todos los tiempos, ofreció un espectáculo de dos horas y media interpretando más de 30 canciones de su vasto repertorio musical, que abarca más de medio siglo de carrera en los escenarios internacionales.
Paul McCartney hace vibrar a más de 65 mil personas en el Foro Sol
A sus 81 años, quien es una de las piedras angulares del desaparecido cuarteto de Liverpool, The Beatles, y considerado como uno de los mejores compositores del siglo pasado, mostró energía y vitalidad no obstante el fuerte frío que azotó durante la noche en la capital de este país.
La velada, que inició poco después de las 21:00 horas en el Foro Sol y concluyó casi a la medianoche, se describió inolvidable de principio a fin para quienes vieron a Paul ‘nacer’ en Wings o para los que son fieles al solista compositor de éxitos escritos con letras de oro en la historia musical del mundo.
La primera canción fue Can’t buy me love. “Hola México, buenas noches Ciudad de México”, pronunció Paul con un perfecto español. Después vino Juniors farm y enseguida She’s a woman y Got to get you into my life. «Esta noche voy a tratar de hablar un poquito de español. Estoy muy feliz de estar aquí, con ustedes”, decía el ídolo frente a la multitud y detalle que agradecieron.
Con guitarra en mano, McCartney interpretó Come on to me, Let me roll it y Getting better hasta que una oleada de voces interrumpió la continuidad del espectáculo. El público encendió las luces de su celular y coreó su nombre al unísono: “Oléee, oléee, Sir Paul, Sir Paul”, decían sus contemporáneos, pero también los jóvenes, adolescentes y hasta niños que esa noche acompañaron a sus papás y abuelos para recordar tiempos de gloria musical, pero también de un legado que infinitamente continuará trascendiendo de generación en generación.
A paso relajado y jovial, el caballero real de Gran Bretaña se paseaba por el monumental escenario, acompañado de cuatro músicos para entregar Live and let die que dio paso a la explosión de fuegos artificiales en tanto que Hey jude convirtió al imponente recinto en un himno de más de 60 mil voces entonando aquel ‘naaa, na, naaa’ que se prolongó por varios minutos. “Primero las voces masculinas, luego las mujeres, ahora todos”, solicitabaMcCartney.