Un juez de control impuso prisión preventiva justificada contra los seis empleados detenidos del bar Black Royce, presuntamente implicados en la muerte del empresario Iñigo Arenas, ocurrida el pasado domingo 6 de agosto.
Esta medida cautelar se dio luego de que la juzgadora consideró que existía riesgo de fuga ,por lo que permanecerán en el Penal de Barrientos, ubicado en el Estado de México, y el próximo martes se definirá si son vinculados o no a proceso.
La noche del sábado 5 de agosto, el empresario Iñigo Arenas acudió a un establecimiento en la zona de Polanco, alcaldía Miguel Hidalgo de la Ciudad de México, del cual salió durante la madrugada del domingo 6 de agosto, para después dirigirse al bar Black Royce.
Horas más tarde, familiares de la víctima reportaron su desaparición ante la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México (FGJ CDMX), la cual emitió la Cédula de Búsqueda AYO/2550/2023.
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A las 7:34 h del domingo 6 de agosto, la Policía Municipal de Naucalpan notificó el hallazgo de un cuerpo sin vida, por lo que, a las 8:00 h del mismo día, la Fiscalía General de Justicia del Estado de México dio inicio a la carpeta de investigación.
Tras cumplir con los protocolos pertinentes, el cuerpo del occiso fue entregado, a las 5:30 h del lunes 7 de agosto, a sus familiares, quienes fungieron como testigos de identidad.
La Fiscalía General de Justicia del Estado de México (FGJEM) indicó en un comunicado el jueves pasado que tras el resultado del “protocolo de necropsia concatenado con el resto de los registros de investigación concluye que la causa de la muerte (del empresario Iñigo Arenas) fue asfixia mecánica por sofocación inducida”.
“En su modalidad de oclusión de vías respiratorias por contenido gástrico con presencia de alcohol y de sustancias químicas de naturaleza controlada, que limitaron su conciencia, funciones motoras y que en grado de probabilidad habría propiciado su deceso”, indicó.
Con información de López-Dóriga Digital.
dmra