El sector agropecuario en México enfrenta una doble tensión: por un lado, los apoyos directos del gobierno apenas crecen, y por otro, el crédito comercial para producción agrícola se vuelve cada vez más inaccesible. Según el proyecto del Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) 2026, los apoyos federales para el campo subirían apenas un 0.9 % real, lo que implica que, debido a la inflación, en la práctica podrían no aumentar en términos de poder adquisitivo.
Al mismo tiempo, instrumentos clave para la comercialización y la productividad del campo como el Ingreso Objetivo, la Agricultura por Contrato y los esquemas de Cobertura de Precios han sido eliminados o quedan en estado de suspensión, dejando a productores medianos y grandes sin mecanismos de protección ante la volatilidad de mercados y cambios climáticos.
Las organizaciones de productores advierten que esta combinación de apoyos limitados y crédito difícil de obtener incrementa el riesgo de quiebra para muchas unidades productivas, y que esa situación repercute en el abasto nacional, seguridad alimentaria y competitividad del país.
Con información de La Jornada.
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