El carbón mineral, como combustible fósil, es una fuente significativa de energía no renovable y, al mismo tiempo, una importante fuente de contaminación. Al liberar dióxido de carbono y otros gases de efecto invernadero, contribuye al calentamiento global y afecta la salud humana.
Dado que se relaciona con el factor económico y una problemática medioambiental, especialistas del laboratorio de conversión de energía del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav), se encuentran involucrados en iniciativas para modificar el carbón mineral, con el propósito de incrementar sus propiedades, aprovechándose en sistemas electroquímicos para la generación y almacenamiento de energía limpia.
De este modo, la idea del grupo de trabajo del laboratorio se centra en diseñar soluciones tecnológicas enfocadas en disminuir de manera gradual el consumo de carbón para la generación de energía. Asimismo, se pretende impulsar la transición hacia las energías limpias que se generan a partir del uso de carbón como materia prima, disminuyendo en ello su escasa quema con efectos contaminantes.
En consecuencia, la doctora Alonso Lemus señala qué, «sí se puede generar energía limpia a través de un combustible fósil, una opción es la de aprovechar este valioso recurso como materia prima en la fabricación de electrodos de baterías y en tecnologías de hidrógeno». «Las tecnologías del hidrógeno y las baterías recargables de ion, litio o sodio se presentan como dos de las opciones tecnológicas más efectivas para proporcionar energía limpia y sostenible en los sistemas de transporte y abastecimiento de electricidad, actividades consideradas como dos de las que más emisiones de gases de efecto invernadero generan», concluye la especialista en Ciencias de los Materiales del Cinvestav.
