Durante unas tres horas, los vientos del huracán «Otis», categoría 5, arrasaron la madrugada de ayer con hoteles, comercios, condominios y viviendas de Acapulco y municipios serranos de Guerrero.
Tan sólo en el puerto turístico se estiman más de un millón de afectados, que se quedaron sin agua, luz y telefonía, y con daños severos en sus propiedades, así como pérdidas de muebles, televisores, salas y vehículos. Además otras 400 mil personas de otros municipios también sufrieron afectaciones.
La Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros calculaba anoche en 75 mil millones de pesos los daños causados por el huracán.
La zonas Diamante, Dorada y tradicional de Acapulco lucían devastadas, con pisos completos de hoteles arrasados por los vientos del huracán, que al tocar tierra alcanzaron rachas de hasta 330 kilómetros por hora.
El aeropuerto de Acapulco suspendió actividades, debido a daños en la torre de control y en la comandancia, así como su barda perimetral; también hubo inundaciones en mostradores y en vías de acceso a la terminal aeroportuaria.
Los muelles de la marina mostraban la dimensión de la tragedia, con decenas de embarcaciones hundidas y golpeadas.
Hasta anoche solo había trascendido la muerte de un pescador, lo que no fue confirmado por ninguna autoridad.
A la memoria de los residentes de Acapulco regresaron los recuerdos del huracán Paulina, de 1997, que dejó 147 muertos; y de la tormenta tropical Manuel, de 2013, también con decenas de fallecidos.
Durante la tarde y noche de ayer se registraron actos de rapiña en supermercados, tiendas de abarrotes y comercios que se encontraban con fachadas destrozadas.
Las lluvias asociadas a «Otis» provocaron el desbordamiento de los ríos Papagayo, Balsas y Truchas, así como unos siete cortes carreteros por deslaves en la Autopista del Sol, lo que causó que el paso entre Acapulco y Chilpancingo quedara obstruido.
Localidades como Atoyac, Tecpan, Coyuca de Benítez, San Marcos, en la costa de Guerrero; así como Ajuchitlán del Progreso, en La Montaña, y San Miguel Totolapan, en Tierra Caliente, también resultaron con graves afectaciones.
Tras el impacto del huracán «Otis» en Guerrero, el Gobierno federal activó el Bono para Catástrofes, que ofrece una cobertura de hasta 485 millones de dólares y se activa según el nivel de severidad en casos de huracanes y terremotos.
Además, la Secretaría de Hacienda dijo contar con presupuesto para atender la emergencia, a través del Fondo y el Programa de Desastres Naturales, por un monto conjunto de 35 mil millones de pesos.
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Con información del am
JR