Si bien, los ojos son el principal órgano que hay que cuidar durante el eclipse solar, por el riesgo de sufrir daños en la visión, también hay que tener especial cuidado en la piel, pues también es propensa a los rayos del sol, recomendó el doctor Daniel Rubio Cortés, Médico Cirujano Oftalmólogo.
¿Lo principal es cuidar la vista?
Ante un fenómeno astronómico como el eclipse solar anular, el principal órgano que debemos cuidar son los ojos, debido a que la mayoría de las personas buscarán admirar un fenómeno pocas veces visto. Sin embargo, también hay otras consideraciones que hay que tomar para contemplarlo de forma segura.
¿De qué nos debemos preocupar además de los daños a la vista?
Entre otros de los riesgos que puede generar es en la piel, que también es un tejido fotosensible, lo que quiere decir que puede sufrir daños por la exposición directa a los rayos del sol y la radiación.
¿Cómo debemos proteger nuestra piel?
Principalmente debemos procurar no exponerla directamente a los rayos del sol, utilizando manga larga y gorra. También es esencial el uso de bloqueador solar, de preferencia con factor de protección solar 50 (FPS50), que son los que brindan una mejor barrera contra la radiación.
¿Qué debemos procurar para cuidar nuestra vista?
El uso adecuado de una gafa solar, con un filtro número 14, para radiación ultravioleta. Recomendamos que no pasen más de 20 segundos verlo y al momento en que vamos a retirar las gafas, demos la espalda al sol.
¿Qué hacer si no conseguimos estos lentes?
Podemos observar el fenómeno de manera indirecta, a través de las hojas de los árboles, que generan múltiples imágenes en el suelo; hacer una caja en el cual podemos reflejar el eclipse a través de estas, haciendo un agujerito; y el otro es cruzando las entremanos y enfocando en el piso con las manos cruzadas el eclipse.
¿Qué daño podrían sufrir las personas?
En la retina tenemos un área que se llama mácula, es con la que podemos ver, y es normalmente con la que enfocamos el mundo exterior. La maculopatía solar es causada por ver directamente y por un tiempo prolongado los rayos que emite el sol. Nos genera un daño que no se va quitar ni con tratamiento y pueden llegar a pasar entre días, semanas o incluso documentado meses, en el que el daño no se observa hasta después.
Con información de: La Verdad Yucatán.